.Por suerte todavía sucedo



"Y llamamos pereza a no querer despertarnos del letargo causado por la rutina y por el invierno, porque sabemos que nada se nos da peor que ésto. Y luego lloramos juntos por algo que se rompe, pero que en realidad, pasó porque decidimos no ponerle solución. Tal vez por no pedir perdón. Quizás por perder la cabeza en cosas que nunca deberíamos de haberla perdido, porque se puede vivir y querer sin perderla.
Cuando haya llegado el tiempo de irse lejos, vuelve. A ser posible, mañana.
"

Pepa Lluvia, fluyéndome a hostias.

-------o-------

Hace un rato que me he ido. Me agotaba la mera idea de reírme y se me habían escurrido las ganas de ponerme guapo; ya ves tú qué desastre.

Me propuse acicalarlo un poco y empecé a buscarlas debajo del edredón, porque estaba fácil y calentito. Así que me puse a ello, con tantas ganas y tanto ahínco que me perdí entre los olores, y dormí; y dormitando dormí tanto que se me gastaron los sueños. Y además dormí de más, y descansé tanto que me cansé de descansar y tuve que seguir durmiendo porque estaba muy cansado. El caso es que dormí, dormí demasiado y perdí. Perdí la noción de un mundo que estaba dejando de sentir porque tenía tanto... tanto frío que sentir en las manos... tanto que igual, y solo tal vez, era demasiado... poco.

Poco era lo que me quedaba de brillo en los ojos, y mira que tardé en darme cuenta. Digo mira porque de mirar ya ni veía, y es bastante probable que en una de aquellas me perdiera algo importante, como el mundo, una canción, la vida, el sonido de mis pensamientos o esa próxima melodía. Creo que en realidad yo ya lo sabía, y de no perdonarme me azoté con el castigo de dejar de dejarme ser y matarme la vibra.

Por suerte todavía sucedo. De vez en cuando, sin grandes orquestas y sin aspavientos. Ronroneándome detrás de alguna fragancia amarga o rascándole las orejas al viento; no sé. En serio, no lo sé. Pero bueno, ahí sigo, tembloroso y tímido, temeroso y lívido. Discreto como disculpa por todo el ruido que ya hice, aunque no lo siento por pensar tan alto sin pedir permiso. Y al salir de mi letargo noto algo, no sé... qué... no sé qué. Tal vez un nosequé de no saber o la urgencia de mis tripas tras digerirme por enésima vez y no terminar de sentarme bien... no sé, tal vez, puede ser. O no.

Es muy probable que dentro de poco sucedan hechos bastante improbables y espero sinceramente ser uno de ellos; uno de esos que están tan locos como para bailar solos en silencio sin que nadie pueda verlos.

Entradas populares