.Me da la risa

  Me desperté con hambre. De vida. Me rugía el alma, como cautiva, revolviéndose contra mi piel, desesperada, como buscando una salida o un motivo para volver a la calma. Otra vez. Pero al abrir la despensa vi que se me habían terminado las horas, así que piqué un par de anteayeres borrosos y salí.

  De la prisa no lo vi. Estaba un poco oscuro todavía y danzaba tan campante reflejándose en las sonrisas primerizas de los que todavía no se habían ido a dormir. Daba saltos y saltos entre las baldosas levantando una suave brisa que le daba la risa a los que pasaban por ahí y cantaba viejas canciones de anuncios de cuando nuestros padres todavía eran jóvenes.
  Se me quedó mirando y empezó a seguirme. Se ve que le hacía gracia cómo caminaba o que no parara de mirar a los lados buscando flores en las miradas, pero al rato empecé a notar que había alguien recorriendo mis pisadas algunos pasos más atrás. Se esconde si me giro y sale corriendo si le llamo, pero si me caigo me recoge y me da empujoncitos cuando me quedo parado.

Entradas populares