.La Lista de la Purga


En el Camino que va de Santiago a Finisterre hay una tradición para el peregrino cuando llega al faro del fin del mundo. A modo de purga y de manera simbólica, este quemará una prenda que haya llevado durante la travesía como una manera de decir "ya no puedo poner más tierra de por medio, ya no puedo seguir huyendo. Me redimo de lo que fui y con el atardecer como testigo me transformo en un hombre nuevo".

El tema es que con todo esto del cambio climático, la capa de ozono y que el gore-tex del calzado moderno no prende tan bien como el cuero, ahora han prohibido quemar cosas en el mojón del kilómetro cero. Pues ya ves, una semana de pateada después y aquí nosotros con estos pelos, tres pares de botas y un mechero. A decir verdad a mí tampoco me apetecía demasiado deshacerme de mis queridos guantes podológicos, así ante la disyuntiva opté por otra solución un poco más legal, un poco más barata y un poco más simbólica...

Al llegar a lo alto, con la cabeza despejada, las ideas claras de tanto caminar y boli en mano, escribí en mi cuadernito de camarero la Lista de la Purga. En esta lista iban todas esas partes de mí en las que no me reconozco, todas las actitudes, hábitos y pensamientos tóxicos que me separan de ser quien yo quiero; lo malo, lo peor, lo que nunca se va del todo y siempre termina dejando restos. A ver si ahora tienen huevos de escaparse del fuego.

Y la quemé. La achicharré, la convertí en cenizas y ahora ya no puede volver.

A modo de extra, cogí la copia de la lista (porque los cuadernos estos siempre escriben por duplicado. Ya sabes, una copia para la cocina, otra para el camarero), me la traje al hotel y escribí al lado de cada palabra los antónimos. Así ahora tengo una lista llena de esas partes de mí en las que me quiero ver reflejado, todas las actitudes, hábitos y pensamientos virtuosos que me llevan un paso más cerca de ser quien yo quiero. Lo bueno, lo mejor y lo que ojalá nunca se vaya del todo.

¿Que por qué os cuento esto? Aparte de porque me siento orgullosísimo, porque me parece que puede ser una buena idea para cualquiera que tenga ganas de reinventarse, superarse, conocerse mejor, o simplemente de ser un poquito mejor que ayer. Es casi gratis, fácil, rápido y súper efectivo; no necesita de grandes acontecimientos previos, fechas ni hazañas de ningún tipo y es inmune a excusas: nadie tiene motivos para no hacerlo.

Creo que todos podemos sacar cosas buenas de pensarnos un poco a fondo y hacer limpieza de ideas y comportamientos... ¿Por qué no ahora? Solo pido como favor que si alguno se anima me cuente qué tal, así, como ejercicio vital.

Buenas noches y que aproveche la luna llena.

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