.Yo que contaba las risas en locuras
Trato los síntomas con medicinas y las medicinas con discursos de necesidad; y la necesidad con mentiras y eufemismos de debilidad. La realidad la trato con drogas, con recuerdos, con anestesia, con soledad, y los caprichos con la diligencia del que se tortura por no esperar.
Soy poeta de las excusas, maestro artífice del envoltorio y artesano de las emociones en formato de muñeca rusa. Soy un inválido, un sonajero agitado, el llanto de un capricho y un vinilo combado. Un menhir enfurruñado esperando a su Obélix y empeñado en no saber que la marmita en realidad lo que tenía era éxtasis.
Yo que medía las ganas en abrazos y las risas en locuras; yo que contaba las horas en miradas y las noches en lunas...