.Y repetibles


Ahí estaba yo, moviendo las ganas y forjando la voluntad a hierro. Ahí, solo, como siempre; solo (en soledad) porque ese es mi hueco, y de nadie más. Y apareces, otra vez, de repente; meneando el rabo, vestida en pezuñas, y con esos bigotes que tanto me gustan. Apareces y empiezas a ser yo, a imitarme, a serme muy fuerte.

Así que te miro (con vergüenza, medio a oscuras) y veo que me miras (de medio lado, de soslayo), y aprovechando el hueco doy un salto a tus pupilas y solo encuentro el reencuentro; encuentro que me encuentro cara a cara conmigo mismo, con mi propio reflejo.

Principio, motivos, camino, musa, extremos, epifanía, mordiscos y besos; muchos besos. Cientos de ellos. Todo eso y la buena noticia, y el reencuentro. Todo eso y la buena caricia, y mordiscos, y besos; muchos besos. Besos de rebienvenida, prohibidos,  irrepetibles (y repetibles) y con sabor a Enero.

Todo eso y el calorcito de las brasas del fuego, ese con el que de vez en cuando todavía nos ardemos.

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