.El lado complejo



Tengo un complejo. No un complicado, un complejo. Una parte real y muchas imaginarias, todas dentro de mi cabeza bien guardaditas y sin hacer demasiado ruido, pero ahí después de todo, y formando parte de lo que son: un complejo; complejo de ser yo.


La parte real la tengo muy clara. Mi yo de todos los días, el de la sonrisota, los pelos de loco, las risotadas escandalosas y los abrazos de oso. Efectivo y sencillo, y después de mucha prueba y error el "ir siendo" que mejor me funciona ahora mismo.

La imaginaria es otro cantar: los míos. La parte esa que me sale porque no puede no serlo y se pasea de la mano de mis mejores momentos. La que me ríe las gracias, me baila los versos, me abraza las noches y se duerme con mis cuentos. Los fuegos de invierno, las mañanas frías, las ideas menos (y mejor) pensadas, las sonrisas que dan hambre y los ojos que brillan. Ya sabéis, "esa" parte; la más divertida.

El caso es que tengo hambre de luna, ganas de cielo, rabo, garras y ronroneos (y que me gusta que me rasquen. A la mierda la rima, pero es verdad). Tengo un complejo; complejo de felino. Y de un tiempo a esta parte se estaba haciendo tan vivo que me pesaba la parte imaginaria a unos niveles que le daba la sombra a la real y de no verla ya confundía los sueños con las mejores consecuencias de mis deleites nocturnos. Y a ver, era gracioso, y también un poco incómodo, porque a base de inventarme realidades lo mismo terminaba por irme (que no volverme, porque ya estaba aquí) un poco (más) loco.

Así que me fui (loco). Cogí las ganas y me largué, un poco sin saber y otro tanto sin tener ni puta idea de a dónde ni porqué. Y me topé de morros a mitad de camino con un espejo que me dejó cara a cara con mi yo más felino. ¿Si me asusté? ¿Tú qué crees? ¿Tengo cara de dejar escapar mis sueños cuando los tengo delante, piel con piel? Más bien me puse a dar palmas y volteretas, y salté; salté dentro; y me encontré.

Ahora aprovecho y os mando saludos con mi flamante nuevo rabo desde el otro lado del espejo. Ni el real ni el imaginario: el lado complejo.

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