.Formas

Ese curioso baile de carnaval.

La forma en que las formas se forman en un instante y en pos de una comodidad tan abrupta como el rebote de tus caderas justo antes de saltar; al vacío, claro. Al vacío del espacio de cuando no estás, de cuando no estáis, seas quien seas y tengas la forma que tengas, y quiero que sepas que aunque no te sepa te echo de menos, a ti y a tu boca; cuando me sopla el viento en la nuca, como justo ahora, desde mi ventana. Vamos, que te estoy echando de menos, justo ahora, aunque no te sepa, aunque no te conozca de nada.

Y por lo menos me gustaría, ya no sé si tanto saberte como saborearte y ver a qué sabes, y si sabes que sin saber ni qué forma forman tus formas me salto los primeros escalones de un suspiro y sigo adelante caminando por el resto de mis nueve sentidos (vista, oído, gusto, olfato, tacto, equilibrio, dolor, temperatura y percepción de uno mismo). No quiero verte desde lejos y decir si eres guapa o linda, ni si entiendo el eslogan de tu camiseta, ni si esos pantalones te hacen justicia; quiero acercarme, y confundirme. Empezar en alguna parte cerca de tus clavículas y equivocarme una y mil veces de camino hasta recorrerte entera y bautizar todos tus lunares varias veces sin darme cuenta de que los he contado repetidos. Y así hacerme un mapa de tus olores para saber volver a ti cuando me encuentre perdido.

Pero no sé cómo eres, ni quién eres, ni cómo sabes ni a qué hueles (sobre todo por las mañanas). No te sé, así que te imagino. Podría ponerte cara, ojos, boca, nariz, y manos, y seguir parte por parte hasta que tuviese una imagen lo suficientemente nítida como para desnudarte. O podría imaginar tus besos, el compás de tu respiración, tus uñas en mi espalda y la temperatura de tu aliento hasta fundirnos en un solo universo completamente fuera de este, uno que fuera o fuese solo nuestro; y quedarme dormido para vivirte dentro de algún sueño; hasta que aparezcas algún día, en alguna parte, delante de mí, nos sintamos, nos miremos, y sepamos reconocernos.