.Eso será si algún día me muero

Si algún día me muero, quiero que sea por casualidad. Que sea una sorpresa, algo repentino, absurdo; que muestre que no es necesario poner un gran y colorido final como colofón a lo que para entonces habrá sido mi vida. Porque la habré (he) vivido tan bien y tan bonita que ese alarde in extremis solo la empañaría con pretensiones de celofán con purpurina.

Quiero que sea tan desconcertante que no le haya dado tiempo a nadie ni por asomo a ni siquiera llegar a plantearse la posibilidad. Soy así de egoísta. Y digo esto porque no me apetece demasiado (en realidad nada en absoluto) que mis últimos minutos entre los vivos sean un popurrí ensayado entre frases cliché, convenciones sociales y una colección de intentos en la prórroga de arreglar cualquier mal ambiente que pudiera haber entre la persona en cuestión y yo mismo. Por eso, porque quiero realidad, y porque no me gusta que se pierdan sonrisas y se derramen lágrimas; y menos por mí, que soy invencible y siempre estoy bien (sería un desperdicio).

Y mira que todos decimos eso de Carpe Diem, YOLO, aprovecha el momento y demás mangurrianadas, pero cuando toda dar ejemplo, esperamos hasta mañana para poner a punto el mundo, para decir cosas, etc y tal y enfrentarnos contra lo que nos da miedo. Como si tuviésemos muy claro que todo va a seguir estando quieto y paradito al salir el sol otra vez, o que va a volver a salir, que no lo sabemos.

Por eso, porque soy egoísta os digo, que antes de que me escape no pienso decir ni pío; para que solo se me queden los buenos recuerdos de los que se atrevieron a decírmelo todo sin esperar y a la cara; a los que de verdad fueron mis amigos. Espero que hagáis lo mismo.

Ahora, eso será si algún día me muero. Hasta entonces soy inmortal.