.¿Te apetece desayunar jazmines? (II)


Beeep, beeep...

¿Hm? ¿Y ese ruido? ¿Y dónde estoy? ¿Y por qué no abro los ojos y lo veo? Puf, qué pereza... Espera, espera. Me pica la nariz. Voy a ver si estornudo y ya con la inercia me levanto del tirón que estoy vagoneto.

-¡Aaaaatchus!

-¡Jeeesús!

-¡Aaaay! ¡Su puta madre!

A mi vera estaban Mariano y Conchi sentados en sendas sillas. Como es un girasol él no tenía problemas para dormir en vertical y estaba bastante fresco, pero Conchi estaba inventando el Kamasutra del narcoléptico ocioso a fuerza de buscarle almohadas a la silla.

-Me gusta que cuando te dicen "Jesús" respondas "su puta madre" - comentó Mariano jocoso.

-A ver, que, ¡au! Que no era de eso, es que, ¡aaay! Me tira la boca. ¿Qué mierdas ha pasado? ¿Dónde estoy? ¿Es un hospital? ¿Qué me he hecho? Joder, jodeeeeer...

-Shhhh... Niño baja la voz que vas a despertar a la chiquilla.

-¿La chiq...?

Efectiviwonder, ahí estaba en la camita de al lado durmiendo plácidamente como si el mundo no fuese con ella. Estaba adorable, no como los últimos días desde que despertó su rollo extremista de domingo, que se le habían puesto unos ojos de loca que... Espera. ¿Significaba eso que había funcionado?

-¡Mariano, Mariano! Lo hemos hecho? ¿Lo hemos conseguido? ¡Dime que sí! Y ya de paso cuéntame qué ha pasado y qué hago aquí y qué narices tengo en la cara y si el totem sigue girando y qué habría pasado si McFly se llega a tirar a su madre y si a Tony Soprano se lo cargan y si...

-¡Quieeeto fieeera! En pocas palabras, digamos que si repites esto es muy probable que vengan los de servicios sociales y te quiten la custodia de ti mismo.

-¿Jandemor? Pero si yo no bebí tanto a ver... Me tomé el chupito aquel de Jäger y después fue cuando empezó todo el show aquel de luz y color y empezásteis a cantar y a bailar y a...

-Nonononono chavalín a ver... Hasta lo del chupito de Jäger vas bien, pero a partir de ahí no sé qué pasó que te cogiste una cogorza de tres pares y seguiste bebiendo sin importarte que hubiese suministros para el resto del país este fin de semana. Resumiendo muy a lo bestia: te tajaste, tajaste a todo el mundo, nos fuimos de fiesta a un karaoke cutre y una vez allí te amorraste al micrófono y empezaste a cantar sin ningún tipo de tacto ni consideración por los allí presentes. Afortunadamente, tu compostura, tu colega, Pitbull y la chica estaban igual o más tajados que tú y eso evitó que sospechases de tu actitud.

-Uy... Uuuuuuuy... Madre... espera que me están llegando los flashbacks de verdad.

-Cuando los humanos perdéis el norte perceptivo adecuáis vuestro baremo de realidad en base a la proyección humana resultante del cómputo barométrico del impedimento generalizado en cinco metros a la redonda. Así, como tu entorno más inmediato estaba en peores condiciones que tú, lo que normalmente habrías visto como una debacle de caspa y denigración a la carta desmedida se reelaboró en base al sentir común, surgiendo de la mezcla una ensoñación paradisíaca del estereotípico vídeo de MTV (que, cuenta la leyenda que antes esa M venía de música), pero sin negros llenos de oro; es un tema de etnias autóctonas.

-Aaaaham...

-¿Dudas?

-O sea, que básicamente me agarré el pedo del año y como los demás iban como yo, en nuestras cabezas lo vivimos como que estábamos de protas en el último single de David Guetta, ¿no?

-Básicamente.

Parece que le voy pillando el punto al girasol. Ya iba siendo horita...

-El tema es que eso nos venía muy bien. Queríamos que Cris se agarrase el moco de su vida, y eso era muchísimo más fácil si todos os lo agarrábais con ella. Implicaba riesgo, sí... Podría haber pasado que vosotros también hubiéseis perdido por completo la conciencia de vosotros mismos, pero era un daño colateral.

Bastardo...

-De hecho... tengo que darte noticias...

-¿Qué ha pasado?

-Tu compostura y Pitbull...

-¡Oh, Dios mío! - ahogué un sollozo.

-Lo siento mucho... Al no ser entes completos no soportaron el envite.

-Vaya... Son una gran pérdida...

-En realidad no. A lo que iba. Una vez alcanzásteis el punto extasiático ya no hacía falta seguir, pero estábais tan graciosos que decidimos ver hasta dónde llegaba vuestra estupidez de tajados.

Bastardo...

-Ahí fue cuando haciendo el baile del pato de caíste del escenario, te abriste la ceja y te quedaste inconsciente.

-¿Quéééééé? ¡Déjame ver eso! ¡Dame un espejo!

-No... no sé si querrás verlo.

-¡Qué me lo des! Bah, déjalo, ya me saco una foto con el móvil y... ¡aaaaah! Madrededios...


-Te lo dije chiquitín.

-Santos perifluses, no vuelvo a beber.

-Eso es mentira y lo sabes.

-No vuelvo a beber y a ir a un karaoke.

-Eso es mentira y lo sabes.

-No vuelvo a beber, a ir a un karaoke y a cantar.

-Eso es mentira y lo sabes.

-No vuelvo a beber, ir a un karaoke, cantar y bailar en el escenario.

-Eso es mentira y lo sabes.

-¡¿Y qué demonios quieres que diga?!

-Nada. Simplemente piensa que la próxima vez que pase estarás mejor preparado.

Jesús, María y José, en menudo embolao me he metido sin querer evitarlo, si es que quién me manda fijarme en chicas guapas y seguirles el rollo y embobarme y hacer idioteces y...

-Grmññnmpf... ¿Dónde estoy? - Cris había abierto el ojo. Mariano me enganchó por banda.

-Ni se te ocurra decir nada. Hay que fingir que no ha pasado el tiempo desde que sufrió las primeras manifestaciones. Los últimos días no han existido. ¿Me entiendes? NO HAN EXISTIDO.

-Roger that.

Mariano se volvió hacia ella.

-¡Cielo! Estábamos tan preocupados... ¡Llevas inconsciente dos días! Desde que te desmayaste en el centro el otro día no sabíamos qué te pasaba y... ¡gracias a Dios que estás bien!

...Y Conchi despertó de su letargo y abandonó la redacción del futuro Best Seller...

-¡Cariño! ¡Estás despierta! ¡Has vuelto! - dijo abalanzándose sin piedad sobre la convaleciente y recién reformada chiquilla.

-¡Ay! ¡Conchi leche! ¡Que me vas a dejar inconsciente otra vez!

Menos mal que Mariano estaba al acecho.

-Conchi, déjala, creo que es mejor que dejemos a los tortolitos solos - y me guiñó un ojo.

Después de todo este tiempo, después de todo lo pasado, de todo lo aprendido, había llegado el momento de disfrutar de la tranquilidad con ella. ¡Por fin! Tanto tiempo esperando este momento y... y... el caso es que no sabía si quería tal cosa como "tranquilidad con ella". Había terminado por cogerle el gustillo a la incertidumbre, a sus locuras y sus salidas de tono, a sus ataques de ira, a sus... a ella. A ella. Me había enseñado mucho y muy bueno sobre cómo se pueden hacer las cosas y que todo salga bien y siempre le estaría agradecido. Sólo esperaba que todo aquello que me fascinó no fuese simplemente un preludio de lo que llegó después. Aunque pensándolo bien... si no estaba loca ya la enseñaría yo ahora que ya no tenía compostura; la había matado a base de perifluses, ¿no?

-Oye, ¿qué te ha pasado en el ojo?

-Me caí con la bici contra un bordillo, nada serio.

-¿De verdad? ¡Pues qué casualidad que justo te hayan puesto a mi lado!

-¿Sí eh? Ehm... jejeje...

-Oye, ¿no tienes hambre? Tengo el estómago como si hubiese estado en la cárcel y bebiéndome el Guadalquivir y sus afluentes sin comer nada en dos días ¿Te apetece que nos vayamos a desayunar algo?

-Claro. ¿Te apetece desayunar Jazmines?

FIN

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