.Me pasó que...


El otro día cantando me diste un buen susto. Me pasó que apareciste, que apareciste ahí, nítida de repente, nítida como siempre, pintada en mis párpados. Fue tan de repente que por poco me caigo, y no me dio por ahí... pero porque estaba sentado. Estas cosas me pasan por recordar a las musas con los ojos cerrados.

¿Qué pasó? ¿Te pusiste celosa y viniste a decirme hola ahora que a base de tragos de agua pasó a ser agua pasada la labia de tus labios empapados en malos tragos?

Tranquila que no, que sé que no, que fue cosa mía; cosa de enterrar donde me caen los instintos el agua que despertó a la fiera con aquella melodía. Y tal vez darle otro aire a los elementos y gozar un poco de que creo que tienes rayas y miras fuego; fuego de ese que da escalofríos incluso cuando vas matando ficus porque te has vuelto un poco de hielo después del invierno.

Mientras me queden las ganas me importa poco el tiempo. Y quiero que sepas que lo que más me gustó fue que me pasó que, cuando te vi, me vino tu olor con la misma ternura que cuando se me olvidan todas las palabras que no son "quédate a dormir".

Entradas populares