.Chapa y pintura



Con esto de que el frío me abre el apetito y me da por morder cosas duras y frías, es inevitable que en las subsiguientes horas de mente en blanco me ponga a rumiar viejas glorias de la metafísica de todos los días. ¿La identidad, dices? ¿Hasta qué punto somos quienes somos por lo que proyectamos y hasta dónde es responsable nuestra imagen fija, nuestra ropa, nuestros adornos? ¿Atrezzo al servicio de la personalidad o personalidad al servicio del atrezzo? Chapa y pintura, después de todo.

Piensas en la vida y en esos momentos en los que te daba ese rollito rollercoaster en la barriga cuando estabas a punto de dejar correr los elementos más coloridos de lo que tenías por ti mismo. Pienso en eso y me hace gracia pensar que la sorpresa duraba un par de vidas menos que el tiempo que le dediqué a darle vueltas. Pienso, mezclo y amaso y veo que hasta hace un mes nunca fui, y si era, era de mentiras, titanio, plástico y queratina. Era de otros, de reflejos manchados y de deacuerdos forjados a base de un anonimato alimentado a oscuras con los jirones de un collage de mis ganas del pasado.

A fuerza de cortarme disfraces me fui destapando, capa a capa, poco a poco, y con cada una se me transparentaba la cara y se me nevaban los febreros, capa a capa, copo a copo. ¿El resultado? Un juego muy divertido donde me ponía flores y me pintaba a ver si todos me seguían reconociendo; y lo seguían haciendo; y me gustaba ver cómo me dominaba desde dentro y había noches en que mataba la memoria y cubría el ingenio con un (es)tupido velo para dejarme salir sin remordimientos.

Del instante concreto me faltan los recuerdos, pero creo que hay algo de mi actitud que no le gustó al universo; o eso o que me vio volando demasiado cerca del cielo, hizo un ruido, me despisté y miré por primera vez a los ojos al suelo; se puso farruco y no pude menos que frenar su arrogancia con un último beso; tan negro como el asfalto.

 Descubrí que sigo siendo inmortal, por caradura, por caridura.

¿Identidad, decías? Ahora me pregunto, ¿hasta qué punto seré quien soy sólo con la mitad de mi reflejo?

El doble, por lo menos.

Entradas populares