.Y ajustar los compases luego


No sabes todavía quién es, y para averiguarlo sólo te queda su amor a la luna y su cara de cuando sabe que todo va a salir bien.

Y mientras, cantaré hasta que no me quede nada que contarte, y callaré hasta que te hayas cansado de leerme en los silencios.

Pero cerrando los ojos antes de tiempo para que sigas teniendo sed de volver a vernos.

Y después me mirarás hasta que no te quede nada que contarme y buscaré todo lo demás entre los pasos de tu danza con el aire, bailando al ritmo del silencio.

Hasta que los buenos días cogen la temperatura y los amores de un beso.


Nadar en silencios,
sin métrica, sin tempo.
Dejarlos correr
y ajustar los compases luego.

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