.A la fresca

Resucitar el tiempo echando los motivos a la fresca del sol de invierno y desafiando a mi ego sin bajar la mirada ante sus cuentos; por mucho que pase el tiempo. Que así no van a ganar en honra ni van a suplir las horas de preguntarse si merece más la pena buscarle ganas al sueño, pero con el guiño del reflejo me viene la inspiración de no poder ver y dedicarme a sentir muy lejos.





Ahí se vuelve interesante escuchar tus tripas, cuando te rasca el hambre y sus palabras se vuelven más nítidas. Ahí empieza a tener sentido acercar la cabeza y preguntarle cosas al oído, y que te acerques por aquí y me cuentes qué te dicen si buscamos vidas a mis letras o nos ponemos a buscarle rabo y zarpas a mi nuevo amigo.

¿Y a qué huele el aire?

Después de un rato dándole vueltas, al final la mejor respuesta era que de donde no hay, no se puede oler. Lo cual explica que mientras otros no avanzan por mucho que lo intentan yo a ti te siento cerca, pero cerca.

Por cierto, que sepas que estoy encantado de que de vez en cuando me enganches con el rabo.

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