.La culpa fue de la merluza


  No era grande, no aparecía en ningún sitio y nadie lo conocía. Pero no por ello estaba menos lleno de gente, ni te dejaba de dar un respingo la ceja al encontrarte contigo frente a frente.

  Los olores, las calles, los músicos de pose valiente, el arte de la mínima expresión y la ropa de tus padres buscando la reencarnación. No te niego que tal vez la culpa fuera de la merluza, pero hay que reconocerles que parecía que estaban al acecho esperando a que nos inspirásemos para venir a buscarnos a la parada del bus.
  Ha sido del mismo tipo de alegrías que te dan cuando te encuentras una pipa que ya está pelada en el paquete. ¡Oye, pues qué bien!
  Así, aunque el sol sólo brilló dos horas nosotros nos pusimos morenos cantando…
Esto es carne, esto es crudo, esto es todo pa ti…

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