.De la forma más tonta

  De repente, de la forma más tonta, he sentido que vivía. Como una consciencia momentánea de mí mismo en medio de todo lo demás. Con esa intensidad infinita de un instante que dejan las revelaciones más puras porque de durar más se perderían en lo mundano de la subjetividad. La clave es que pase tan rápido que no te dé tiempo a pensarlo.

  Esa capacidad para sentir por dónde te quiere llevar la vida, sin nombre y sin identidad, tan diluida entre los instintos, la sabiduría y las ganas de volar que hace casi imposible buscarla por uno mismo. Así sólo los que saben ser coherentes con cómo les vibra el alma pueden hacer sonar cada uno de sus actos con esa armonía celestial, ésa que los humanos sólo vemos con los ojos cerrados, y dejarse atrapar por eso tan grande que no tiene nombre y que puede darle sentido a varias vidas reencarnadas.
  Si algún día ves que el tiempo se para un poquito, cierra los ojos y déjate querer, que tú no vas a llevar las riendas, pero cuando despiertes ten por seguro que el mundo que te rodea será más bonito.

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