.¿Dónde me dejé las horas?

  Hoy me siento como alejado de cualquier versión de mí mismo, fuera de mis propios pasos. Sin reconocerme en los reflejos, como si dentro de mis pupilas sólo quedaran dos espejos que se encuentran tantas veces en un instante que en el fondo sólo queda negro.

  ¿Dónde termina la cobardía y empieza la coherencia? Tal vez, si lo ves mañana, respirando a otro ritmo, cantando en otro tono, mirando entre otras pestañas…
  ¿Hasta qué punto nos pertenece la consciencia de lo que somos? Tal vez sea nuestra o tal vez sea cosa de otros; de otras personas, de otros ojos, de otra perspectiva alejada de la propia un par de vidas… De otras ideas, otra historia de luchas, otra colección infinita de promesas mal hechas...
  ¿Hasta dónde nos pertenecemos? ¿Hasta dónde llega nuestra moral para ser enteramente libres? Para guiarse por uno mismo, para dejar de pedir prestadas doctrinas y directrices.
  ¿Hasta dónde creemos que nos conocemos? ¿Hasta dónde podemos? ¿Hasta dónde debemos?
  Hace no mucho lo tenía más claro, pero, ¿ahora? ¿Ahora dónde estoy? ¿En qué punto el espacio deja de ser una solución y, en un momento, se convierte en un obstáculo invisible para el tiempo? ¿Dónde? ¿Dónde me dejé las horas? ¿Dónde duermen mis sueños? ¿Acaso se escaparon cuando intenté contarlas todas? ¿Acaso no fui capaz de arroparlas lo suficiente en invierno?

Entradas populares