.Haremos eterna la primavera

  Media hora muy muy larga para salir cantando nuestras vidas a capella arropados por una noche que parece que está fuera de fecha. El más joven de muchos niños que decidieron serlo un poco más con cada año que cumplían, y que mira admirado como se dibujan años enteros en sus pupilas mientras dejan volar la ilusión de las primeras veces una noche más; una de tantas más.

  De la armónica a la natural hay un bemol muy sutil que distingue a los exóticos de los valientes, y para poder cantarlo hay que meterse cada doctrina en la piel, vivirla hasta arrancarte la memoria y sentir tanto dolor que sólo quieras llorar de alegría. Que me vuelva loco por colgar cabeza abajo de un pentagrama son buenas noticias, buenas conductas y buenas doctrinas.
  Un poco más de incoherencia soleada, sonrisas de miércoles y otra cerveza, por favor. Que a este paso, si lo pensamos muy fuerte, haremos eterna la primavera.

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