.Corceles por taxis de madrugada

  Las noches de abril me guardan los cielos de noviembre y un par de manos deseosas por desenterrar todos mis deseos sepultados años atrás en lo azul de mi subconsciencia.

  Después del cuento de la cenicienta que tiene que estar a las cinco en casa y del príncipe que cambia corceles por taxis de madrugada, un par de terremotos amenazan tsunami por aquí dentro y parece que las promesas de un buen vino pueden compensar otra noche arrebujándome en el edredón con saña.
  Esta noche volvía a notar esa sensación extraña… Es la vida, que vuelve a palpitar al son de mis entrañas.

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