.La Peregrina

  Hoy me iba a tomar unas cañas, pero el médico me dijo que evitase a toda costa las situaciones de soledad. Entre unas cosas y otras se me fue el santo al cielo y sin vigilancia divina se me quitan las ganas de dormir. 


  Recibimos con honores a la noche peregrina en cuarto creciente.

  La tradición manda despojarse de la perspectiva más allá de la nariz y brindar por el caos en cada trago para que tome las riendas del resto del cuadro. También recomienda desnudarse el alma, sacudirse el vaho de los ojos y olvidar el último cumpleaños.
  En la noche peregrina la juventud se lucha, se merece y se reconoce por méritos propios, nadie se da por supuesto y todo significa todo (en ambos sentidos). Hay instantes que son para siempre y horas que morirán en el olvido antes de ser vividas, y se cantan oraciones a cada paso en compañía.
  Todo está dispuesto; todo es gratis si te atreves a cogerlo. Todo puede pasar si de antemano sientes que tiene que ser cierto, y el mismo que te abre los recuerdos te cierra los bares.
  Intenté bailar con la locura y no pude. Intenté descomponerte de la melodía de mi mente y no pude. Intenté que no encajaras sobre mi pierna y no sólo no pude, sino que nos volvimos puzzle de dos piezas.
  Voy a sacar de sus cabales a mi certeza y la coreografía te grabará en un pentagrama a fuego sobre un “para siempre”.
  Y es que me sienta de un bien el no pensar… Dos guiños y a soñar.


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