.El Funambulista
Vivía en el aire, suspendido en una cuerda de cristal que viajaba de este a oeste hasta donde alcanzaba la vista. Sobre él se sostenía algo muy profundo y muy azul que de noche se ponía triste y lloraba puntitos de luz, y bajo sus pies flotaba un entramado blanco y esponjoso que parecía no tener fin. Era feliz.
Sus días discurrían apacibles. Cuando el cielo se enjugaba las lágrimas echaba a caminar hacia un lado, empujado por el calor que le llegaba por su espalda, y seguía recto recto hasta que el camino se volvía demasiado luminoso. Entonces tenía que volver; y caminaba y caminaba hasta que las lágrimas brillantes le rodeaban y le hacían preguntas que nunca sabía responder.
-¿Cómo te llamas?
-No lo sé.
-¿De dónde vienes?
-No lo sé.
-Pero de alguna parte tendrás que haber salido.
-Sí, pero hace tanto tiempo que me fui… Una noche eché a andar por esta cuerda, pasito a pasito, y ya no recuerdo por qué. Todos mis días eran grises y hasta donde podía ver, sólo había motivos para mover los pies.
-¿Y cómo puedes estar ahí de pie?
-¿En la cuerda? Es fácil, sólo tienes que creer muy fuerte que alrededor hay cristal también, pero como es transparente no lo puedes ver. Entonces juego a que tengo que pisar siempre en la misma línea, pasito a pasito, porque si no me caería.
-¡Pero eso es lo que pasaría!
-Sí, ya lo sé, pero si no lo pienso se convierte en un pasatiempo muy divertido. Además si me caigo no pasa nada porque caeré sobre mullido.
-¿Ah sí? ¡Voy a tirarte!
-¡No!
-¿Tienes miedo?
-No, bueno, sí… Es que no me quiero ir de aquí…
-Pero si no hay nada…
-Ya lo sé, pero estoy en equilibrio. Y es lo que siempre he querido.
-¿Y te gusta?
-No, pero es lo que siempre he querido.
-Pero me acabas de decir que…
-¡He dicho que siempre lo he querido!
Y rompió a llorar.
Él, que siempre dijo que el equilibrio era imposible, porque creyó que allí se encontraba la felicidad, en aquel momento se dio cuenta que el secreto está en caerse y que la felicidad (que tiene ojos, nariz, boca y orejas) te coja con las dos manos, te dé un besito en el moflete derecho y te vuelva a levantar.