.Otra realidad

  Yo vivo en otro mundo. Sí. Sí sí sí...
  Todo el que me conoce puede dar fe de ello. Básicamente digo, hago y creo lo que me da la gana, estoy con la gente con la que quiero estar y me importa un jalapeño lo que puedan decir otros de mí. Si no te gusta, no estás dentro. Punto y aparte.

  ¿Que si soy feliz? Me lo paso como los indios. Pero feliz feliz... Defíneme feliz.
  Si nos ponemos reduccionistas en plan pro y suponemos que estamos en mitad de un bar, rodeados de humo (lo cual, a estas alturas, ya es mucho suponer) y con dos pacharanes encima cada uno, estaríamos en el punto perfecto para sacar estos temas a pasear. ¿Te lo digo?
  Ser libre.
  Verte liberado, día a día, de todos los prejuicios que te pones encima. Que te pones tú solito encima. Todos esos "qué dirán" y "qué opinarán", que al final son el eco de tus más profundos reproches. Que si uno no se respeta y no lo va gritando a los cuatro vientos (no literalmente, claro) es complicado, cuando no imposible, que llegue cualquier otro y caiga fascinado de tus cualidades humanas si todo lo que proyectas es indecisión e incoherencia vital.
  Si crees en algo, actúa consecuentemente. Si alguien discrepa, mejor. Uno menos. Y si no hubieses actuado, nunca te habrías dado cuenta de que no merecía la pena, así que fetén.
  Al final lo que se consigue es un especie de estado quasi zen donde ya da lo mismo por donde te vengan las galletas, porque antes de que te impacten las mojas en leche y te las comes. Para llegar a este punto algunos optan por la abstinencia sexual prolongada, otros por lanzarse a cada experiencia vital donde vean un reto (reto=pasarlas putas), y otros, simplemente, hablan solos.
  Estos que hablan solos se hacen llamar escritores. El problema de hablar solo es que es una escena un poco delicada, así que esta gente opta por pensar, pero como piensan demasiado rápido y se pierden en su propio soliloquio optan por escribirlo para ralentizar la salida de ideas y así irlas asumiendo y derivando en tiempo real.
  También hay gente que le da a todos los palos, pero estos son un caso que merece ser estudiado aparte.
  ¿Y todo esto?
  Todo esto para que llegue un alma errante y te altere los chakras hasta el punto de dejarles bailando la conga y con ganas de bailarle el aura sin música y entre sombras.
  ¿Y entonces?
  Adiós felicidad teórica. Hola felicidad real.

Entradas populares