.En el suelo
Qué me das que me das la vida y luego sin querer me matas. Que en la periferia de mis sueños me vuelvo tu espía para ver si naceré de nuevo en otro mundo o seguiré peregrinando por alcanzar el cielo otro enero.
Aquí mi realidad y tu fantasía son demasiado cercanas para darle vida a un latido que se me escapa en la lejanía, y se colma la paciencia de esperar recompensas menos efímeras día a día.
Mientras la procesión del tiempo se aleja y mis biorritmos se calman, voy perdiendo la llama de ayer y se posan mis pies.
En el suelo. Otra vez.