.Desvelos al compás

  Al compás de una vida que es mía, pero se me esfuma entre las intenciones. Vuelvo a mí cada noche y me cuento las historias que me gusta oír para dormir, y me cuento cómo siento que se me vacía el alma si no me cuido de ser un poco más irracional y un poco menos incoherente. Menos incoherente con mis barruntes de suelo de vagón de metro, de mirada perdida, con la música dándome travesías y sueños y viejos desvelos que me gusta acariciar cuando no me creo que el universo que me creo es más bello a cada parpadeo.
  Y una noche más, con menos horas de sueño de las que dicen que tienes que tener para vivir sereno, me sumerjo en un desvelo y quemo el mapa de lo que llevo dentro para redescubrirlo por quinta vez en lo que va de latido.
  A tempo, a tempo...
  A aprender idiomas a mi manera, a seducir cuerpos de madera y atrapar almas en vasijas de cera, y hacerlas mías, y ser menos yo y más tú y luego más yo y luego los dos como un floreo sobre un la en quinta línea en clave de fa.
  Mientras camino sueño y me veo dueño de bifurcaciones y anhelando blanco y negro en marfil como mis nuevos colores.
  Y se me hincha el pecho, y me explota la vida. Te leo como cada semana, te siento un poco más dentro y te haces musa de medianoche. Cuece mis versos a fuego lento. Te veo gris cuando eras de colores y lo siento y me lamento. Pez globo que se quedó el anzuelo de recuerdo porque dijo que le sentaba bien de aderezo.
  Vamos al norte a por margaritas. Si quieres me quedo a tu lado.
  Será el tequila pulquero, que me dejó inspirado...

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