Saudade

Lo primero, ser educado. Después, echar a volar.


Abrirse y empaparse. Bañarse del óxido de tiempos pasados, de épocas que no vivimos, y corroerse la desidia, teñirse de ocre los malos deseos. Ser conscientes de que llevamos Ashe en la boca, y de nuestra responsabilidad de construirnos caminos tan luminosos que no podamos mirar más allá de nuestras risas.

Danzo entre cucharadas de oscuridad, tan densas que lamen sinuosas los contornos de una vida reencarnada. Tan untuosas que impregnan de fantasías lacadas la propia vista.

Ahora es tangible la belleza de lo asimétrico, del placer de la sorpresa en cada resquicio del mundo al que rodeas, la expansión de lo correcto hasta tergiversar tus principios más honestos dentro de lo que siempre creiste que eras.


Estallo, me arrastro y me ahogo en una ola que versa mi vida y espuma mis anhelos.

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